Evocando a Antonio Machado, y a Mario Benedetti
No ha andado tantos caminos
Pero ya lo habita una corona:
una corona sin epopeyas,
un halo forjado en la clandestinidad.
Un forajido hecho de sombras lo vigila a lo lejos,
sus brazos le prometen una caricia de alfa y beta:
dos letras que aluden al comienzo,
el comienzo de la desintegración.
A veces la soledad
se adelanta a todo. Y nosotros…,
apenas nos damos cuenta.
Texto: Pilar Chehín
Ilustradores: pequeñines: Zoe y Sebastián.
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